lunes, 11 de febrero de 2013

Película Ritmo y seducción


  La película Ritmo y seducción (de Liz Friedlander – con Antonio Banderas) nos cuenta la historia de un profesor de baile de salón Pierre Dulaine, Cierta noche el maestro ve a un chico golpear un auto  al notar su presencia éste escapa y en el suelo queda tirada una tarjeta identificatoria del propietario del auto (la directora de una preparatoria) y decide ir a verla.  Al encontrarse con ella, se da cuenta que su actitud manifiesta desinterés por la situación de este grupo de  al que llama “los problemáticos” (están en un lugar apartados del resto de los alumnos de la institución) y les habla de ellos con desánimo y conformismo. Pierre se propone conocer la realidad de estos adolescentes y resuelve ayudarlos poniendo en juego su pasión por el baile como una propuesta para la superación de la marginación y el abatimiento que atraviesan.
 En los primeros encuentros los alumnos hacían que la clase sea hostil con conductas agresivas y altaneras. Lo rechazan más cuando se enteran que él quiere enseñarles a bailar. 
  Él por medio de su dedicación logra derrumbar las barreras que lo separan y por el proceso de aprendizaje del baile logra que los alumnos superen situaciones de discriminación, pobreza, extrema violencia, y depresión, en paralelo con las complejidades propias de la adolescencia.
  Con el tiempo el profesor será la guía de sus alumnos. Los alentará para esforzarse para ganar un concurso de baile. Durante este lapso aprenderán lecciones acerca del orgullo, el respeto y el honor. Hasta crean un estilo nuevo combinando el baile de salón clásico de Dulaine con su propio estilo hip-hop.

  Como afirma (Héctor M. Mayol) “En la actualidad en las mayorías de las ciudades se da la multiculturalidad, es decir, la expresión de múltiples culturas en el espacio urbano. La existencia de estas ciudades multiculturales se origina principalmente en el fenómeno de las migraciones que en este siglo se han dado como nunca antes en la historia de la humanidad”. La multietnicidad es una característica que también marca a las grandes ciudades de nuestro tiempo”. Esta multiculturalidad y multietnicidad se da en la escuela del profesor Dulaine.
  Esta circulación cada vez más libre y frecuente de personas, capitales y mensajes nos relacionan cotidianamente con muchas culturas, nuestra identidad no puede definirse ya por la pertenencia exclusiva a una comunidad nacional, el objeto de estudio no debe ser sólo la diferencia, sino también la hibridación. Las nuevas tecnologías de la información (TICs), como Internet, han abierto espacios de hibridación altamente dinámicos por sus potencialidades comunicativas. Hoy la identidad, aún en amplios sectores populares, es poliglota, multiétnica, migrante, hecha con elementos cruzados de varias culturas. García Canclini comparte la visión de que, más que identidad, hay identidades y pertenencias múltiples que dan lugar a culturas híbridas. Una muestra de la hibridación cultural se da en la película cuando los alumnos crean un nuevo estilo de baile combinando el baile de salón clásico con su estilo propio el hip hop.
  Esta nueva realidad social nutre también a la escuela sobre todo por la presencia directa de personas o grupos de distintas étnicas, culturas, religiones y por la permeabilidad a los fenómenos sociales que se dan en su entorno. Es un ejemplo de ello la escuela del docente de baile de salón.
  La educación no puede obviar la multiculturalidad (característica cada vez más presente en las sociedades actuales) debe plantearse la necesidad de una renovación así como el compromiso de la planificación de metodologías más sensibles que den respuestas a la escuela multicultural.   
  Las exigencias actuales que recaen sobre la educación y los educadores implica no sólo la transmisión de conceptos sino también el esfuerzo por crear un marco de convivencia para una sociedad que demanda igualdad. Estos requerimientos pueden ser cubiertos a través de uno de los modelos curriculares existentes, el multicultural, que es el que caracteriza casi la totalidad de nuestro sistema educativo, y el currículo intercultural que es hacia donde deberíamos dirigir la práctica educativa ya que supone, el ideal de la convivencia. . No como en la escuela de la película que se no ve la intención de evitar la discriminación para asegurar la integración de estos jóvenes problemáticos que son castigados por sus malas conductas, actitudes y faltas de  disciplinas.
“Por tanto, la escuela aparece como un lugar de encuentro donde se cruzan y se enriquecen los diversos modelos culturales, como un espacio privilegiado donde, frente a las desigualdades, se ofrece la posibilidad de reconocer la igual dignidad de todos. En consecuencia, la escuela debe pasar de ser una reproductora de la cultura mayoritaria, o dominante, a ser generadora de construcción (Jordán, 1996; Aja y otros 1999)”.
“La educación intercultural es la educación centrada en la diferencia y pluralidad cultural más que una educación para los culturalmente diferentes (Jordán, 2001)”.
 “La educación intercultural tiene como objetivos proporcionar al alumnado las competencias sociales necesarias, para sus relaciones con los demás, así como el enriquecimiento multicultural propiciado por intercambios en los que tiene oportunidades variadas de comunicación y cooperación tan necesarios hoy en la convivencia diaria (Morales, 2000,9)”.
  Dentro de estas nuevas sociedades principalmente en los habitantes de las grandes ciudades está cambiando la distribución de los tiempos de ocio. El ocio se ha vuelto digital e interactivo pero, sobre todo, intersticial. Se escurre entre las tareas para el colegio, en los tiempos de espera, durante los cortos desplazamientos. La recepción móvil favorece el empleo de estas burbujas para acceder e incluso producir y compartir contenidos que, generalmente, son brevedades. El ocio intersticial no es una ruptura suave con la rutinización tradicional de las pautas. Es hijo de la hiperconectividad y de la mediatización de las relaciones familiares, sociales y profesional. Es también producto de la flexibilidad.
  Para Roberto Igarza, esta "sociedad digital, hiperconectada y entretenida" representa una nueva etapa en la sociedad de la información, caracterizada por una sobreproducción y oferta de contenidos que impactan sin pausa en todas las actividades humanas. La vieja frontera entre el tiempo laboral y el tiempo libre se ha diluido. Y esto se advierte con mucha fuerza en el público joven”.
  Las nuevas generaciones entremezclan producción y entretenimiento de manera muy distinta de las generaciones anteriores. Los nuevos medios y los dispositivos móviles juegan un rol protagónico en la vida de las personas y en su consumo cultural. La recepción móvil sobre todo favorece el empleo de estas burbujas para acceder e incluso producir y distribuir contenidos que, generalmente, son brevedades.
  La comunicación móvil nos introduce en el reinado de la improvisación, negando la necesidad de planificar con anterioridad. Lo que interesa es tener acceso a la Red. La accesibilidad es tan importante como tener acceso a la Red.
  La conectividad se transforma en un atributo de todos los organismos sociales que desean estar incluidos en el proceso de globalización que tiende a acelerarse. Esta tendencia resalta la relevancia de las redes de información que vinculan ciudades, países, regiones y continentes, haciendo posible la globalización de la información.
  Las redes son obicuas. Su consumo ya no está reservado a un dispositivo, a una hora determinada del día o a los espacios privados. Son parte de la vida diaria de millones de empleados y estudiantes.
  Ámbitos totalmente diferentes, como la educación y el esparcimiento, constituyen ahora espacios entrelazados y coexisten con flexibilidad.
  La escuela debe tomar estos dispositivos móviles (creadores de tiempo de ocio) como herramientas de aprendizaje para poder aplicarlos en las actividades de la currícula dados que dichos medios tiene una importancia significativa para la adquisición de capital cultural.

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